Fotos por Alejandro Almaraz
Para muchos, Cenaduría Saltillo es más que un lugar para comer: es un espacio donde la memoria culinaria revive a través del sazón, el calor de la cocina norteña y la calidez de su gente. La decoración es sencilla, sin artificios, como ese comedor donde uno se siente en confianza desde el primer bocado.
Ubicado sobre el Blvd. Pedro Figueroa, es ideal tanto para una comida rápida entre semana como para una cena tranquila al terminar el día. En este rincón, se come bien, se paga lo justo y se sale con el alma reconfortada. Porque más allá del menú, Claudia Gómez y su equipo sirven recuerdos.
Recomendación de la casa
Guiados por la anfitriona y propietaria, Claudia, comenzamos con unas empanadas de maíz: doradas, suaves y rellenas al gusto con más de 12 guisos distintos. Después, una tostada de pollo que nos supo a domingo en familia, y finalmente, las Enchiladas Cenaduría, bañadas en salsa y nostalgia.
Las aguas frescas de jamaica y horchata, naturales y sin pretensiones, fueron el complemento ideal. ¿El toque final? Una barra de salsas caseras que merece su propia mención: variedad, equilibrio y carácter, como todo en esta cocina que honra lo nuestro.