Fotos por Alejandro Almaraz
Cada agosto, los sabores patrios regresan a nuestras mesas, pero este año Don Artemio los reinventa con un homenaje al norte del país: un Chile en Nogada relleno de cabrito, con ingredientes endémicos como la nuez pecana y acompañado de vinos de Casa Madero. La experiencia forma parte del Festival Viva México y propone una mirada profunda a lo que significa ser mexicano desde la cocina.
A 200 años de su creación, el Chile en Nogada sigue siendo símbolo de identidad. Esta reinterpretación, a cargo del chef y empresario Juan Ramón Cárdenas, no solo respeta el espíritu barroco del platillo original, sino que lo enraíza en el desierto y en las rutas históricas del cabrito, que desde Saltillo ha viajado a Monterrey, Matamoros y San Antonio. “Es hacer algo por lo nuestro”, afirma Cárdenas.
La receta integra la nuez pacana —también conocida como pecana o pecan— una especie nativa del sur de Estados Unidos y noreste de México, cuyo árbol crece de forma silvestre a la orilla de los ríos. A diferencia de la nuez de Castilla, la nuez pacana no se pela completamente, lo que da como resultado una nogada más terrosa, profunda y honesta con el entorno.
La cena fue maridada con vinos de la emblemática Casa Madero: un rosado de Syrah, uva emblemática de Parras, y un tinto Reserva con 12 meses en barrica americana. A ello se sumaron cócteles artesanales creados con manzana local, hojas de durazno, jarabes caseros y cerveza artesanal de San Juan de la Vaquería. Bebidas que, al igual que el platillo, exaltan la riqueza de Saltillo.
Bajo la luz de un candil diseñado por maestros del sarape, entre textiles, aromas y conversación, el Chile en Nogada en Don Artemio se convierte en algo más que un platillo: es una manifestación de amor por México, contada desde el norte y celebrada con orgullo.
