Saltillo comienza a transformarse. Nuevas generaciones están desafiando lo tradicional, buscando espacios que no sólo entretengan, sino que inspiren, conecten y despierten emociones.
En medio de ese despertar social y cultural surge Casona Norte, el primer multiespacio dedicado a la creación de experiencias en la ciudad, fundado por Natalia Verduzco y Anna Santos, dos jóvenes abogadas que decidieron reescribir su camino profesional para dedicarse al diseño de momentos memorables.
“Casona Norte nació del deseo de crear algo que no existía en Saltillo. Un espacio físico donde las ideas, las personas y las marcas pudieran encontrarse”, explica Natalia, quien con 29 años ha hecho del vino su pasión y punto de partida para todo lo demás.
Casona Norte en Saltillo: De hobby a proyecto de vida
Hace cinco años, las experiencias comenzaron de forma orgánica, en una huerta familiar. Natalia se encargaba del vino y de la curaduría del momento; Anna, de la logística y la coordinación detrás de cada evento. Lo que empezó como un hobby entre amigas, pronto se volvió una misión compartida.
“Al principio lo hacíamos por amor al arte, pero cuando vimos el potencial, supimos que necesitábamos comprometernos en serio. Así nace Casona Norte”, cuenta Anna, de 22 años, experta en administración y organización.
La casona, una construcción antigua de más de 150 años en el norte de la ciudad, se convirtió en el lienzo perfecto para plasmar este sueño. Un espacio que, más allá de su valor arquitectónico, representa apertura, versatilidad y comunidad.
Experiencias que rompen la rutina
En Casona Norte nada es ordinario. Las experiencias que se ofrecen son diseñadas para romper la rutina, despertar los sentidos y fomentar conexiones reales: desde Secret Dinners —cenas de menú oculto en locaciones misteriosas— hasta días wellness con yoga, ice bath y meditación, catas de vino, talleres de pintura, charlas sobre maternidad o sesiones de fotos en espacios íntimos y estéticos.
“No es solo venir a comer o a tomarte un vino, es compartir, crear redes, descubrir marcas locales y salir de la zona de confort. Aquí se viene a vivir”, dice Natalia.
Cada evento tiene dos pilares: calidad y colaboración. El vino, la cerveza artesanal, la ginebra, la charcutería, el chocolate o el arte plástico no solo son insumos o decorado: son parte activa del momento. La mayoría de los proveedores y marcas que participan son emprendedores locales que encuentran en Casona Norte una plataforma de posicionamiento auténtico.
Un espacio abierto para todos
Casona Norte no discrimina por edad, estilo de vida ni clase social. Aquí puede celebrarse desde una cena íntima para 12 personas hasta una fiesta con DJ y 150 asistentes. También se alquila por horas, lo que lo convierte en una alternativa accesible y flexible para eventos privados, shootings, talleres, pop-ups y mucho más.
“Nos cansamos de pedir espacios en cafeterías y restaurantes que nos cobraban cifras imposibles o no entendían el concepto de colaboración. Por eso decidimos crear nuestro propio lugar, con nuestras reglas”, recuerda Anna.
Saltillo, ¿una ciudad lista para nuevas propuestas?
Aunque la respuesta del público ha sido positiva, las creadoras de Casona Norte reconocen que aún existen retos: la resistencia inicial a lo nuevo, el miedo a lo diferente y la falta de referentes en experiencias sensoriales. Aun así, el proyecto ha demostrado que sí hay público con mentalidad abierta dispuesto a probar, convivir y disfrutar de formas distintas de socializar.
“En cada cena escuchamos la frase ‘Saltillo es cerrado’. Pero creemos que eso está cambiando. La gente que viene a nuestras experiencias ya dio ese paso, ya quiere algo más”, afirma Natalia.
Y esa es, quizás, la mayor recompensa de este proyecto: no solo ofrecer un servicio, sino transformar la manera en que las personas viven su ciudad, se relacionan con otros y se expresan.
Lo que viene
Casona Norte sigue creciendo. Con un calendario diverso de experiencias, alianzas con marcas emergentes, propuestas culturales y una comunidad cada vez más activa, el proyecto busca seguir siendo un espacio vivo, creativo y en constante evolución.
“No estamos en una rutina. Cada evento es distinto, cada persona que llega aporta algo único. Y eso es lo más bonito de todo esto”, concluye Anna.
Casona Norte no solo es un lugar. Es un reflejo de lo que pasa cuando dos mujeres deciden confiar en su visión, en su intuición y en el poder de crear con propósito. En una ciudad en pleno cambio, su propuesta es una invitación abierta: ven, vive, conéctate. Porque lo que sucede dentro de sus muros es mucho más que un evento. Es una experiencia.