La verdadera maestría no está en sostener, sino en transformar. Refundar una empresa familiar no es borrar el pasado, es construir sobre él, eso lo sabe muy bien Salles Sainz Grant Thornton con su visión audaz de quienes entienden que el futuro se crea, no se hereda sin más, y es que no todas las generaciones nacen para seguir el guion; algunas están destinadas a reescribirlo, a catapultar el legado hacia horizontes inimaginables para sus fundadores.
La mayor amenaza para el imperio familiar no reside en la volatilidad del mercado ni en la feroz competencia: es el ancla emocional al éxito de ayer, explica José Mario Rizo Rivas, experto en empresas familiares y Socio de Salles Sainz Grant Thornton. Esa nostalgia por lo que “siempre funcionó” puede ser un veneno más letal que cualquier recesión. Refundar no es capitular; es la declaración de un liderazgo valiente, la convicción de que aferrarse al statu quo es el verdadero abandono.
¿Tu empresa familiar necesita una refundación?
Las dinastías empresariales no se desvanecen por falta de pasión o esfuerzo, sino por un apego excesivo al modelo que las hizo grandes, comenta José Mario Rizo Rivas. Mientras los fundadores forjaron el camino con intuición, sudor y resiliencia, las nuevas generaciones deben erigir el futuro con estrategia disruptiva, innovación constante y una apertura sin límites.
Hoy, refundar trasciende el simple cambio de logo o el lanzamiento de un producto. Es una introspección profunda, una evaluación sin filtros y una decisión visionaria. Implica repensar el modelo de negocio, reinventar la cultura, redefinir los valores esenciales y, en ocasiones, incluso reestructurar la propiedad.
Refundar es el acto cumbre de un liderazgo consciente. Requiere la humildad de aceptar que la ruta trazada demanda nuevos senderos, y la audacia de explorar lo inexplorado.
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¿Quién tiene la visión para hacer las preguntas incomódas?
La chispa de la refundación se enciende cuando alguien en la familia tiene el coraje de poner sobre la mesa las interrogantes que la mayoría prefiere evitar:
- ¿Lideramos por auténtica convicción o por una inercia de compromiso?
- ¿Nuestro modelo de negocio sigue generando valor o vive de la gloria pasada?
- ¿Estamos dispuestos a transformar incluso aquello que consideramos intocable?
- ¿Distinguimos entre la continuidad por costumbre y la evolución por imperiosa necesidad?
- ¿La siguiente generación está realmente preparada y motivada para liderar, o es arrastrada por la corriente familiar?
Estas no son preguntas para responder en una sobremesa. Demandan método, análisis riguroso, diálogo profundo y, a menudo, la objetividad y experiencia de aliados externos.
El punto de partida: un diagnóstico sin maquillaje
Un análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas) – no del negocio, sino de la familia empresaria – puede revelar talentos ocultos y vulnerabilidades que la familiaridad vuelve invisibles.
- ¿Qué nuevas habilidades y perspectivas emergen en las nuevas generaciones?
- ¿Qué valores perduran y cuáles deben ser evolucionados?
- ¿Existe una verdadera disposición al cambio, o predominan discursos conservadores disfrazados de prudencia?
- ¿Hay unidad genuina o fracturas ignoradas durante años?
El activo más valioso no es siempre el negocio; es la capacidad de la familia para visualizar el futuro sin miedo. Refundar implica deconstruir mitos y reescribir la narrativa: el cambio no es una ruptura, es la más sofisticada de las evoluciones.
Transformar no es traicionar
Integrar nuevas visiones, ya sea de miembros de la familia con otra perspectiva o de líderes externos, puede ser el oxígeno que la empresa necesita para mantenerse en la vanguardia. El acompañamiento de expertos de alto nivel marca la diferencia entre una transformación impulsiva y una refundación estratégica de clase mundial.
Una mirada externa desvela lo que la cercanía impide ver: patrones limitantes, estructuras obsoletas y oportunidades monumentales. No se trata de que alguien decida por la familia, sino de empoderarla para que decida con claridad y propósito.
El proceso de refundación no solo reconfigura el negocio. Redefine la esencia misma de cómo la familia vive su rol empresarial, su propósito compartido y su estilo de liderazgo. He sido testigo de cómo, en medio de la incertidumbre, algunas familias descubren una fuerza renovada que las impulsa a construir algo mucho más grande que un legado: una visión viva, imparable.
El legado no se conserva repitiendo el pasado, sino reescribiéndolo con visión de futuro
Refundar no borra la historia; la honra, transformándola en una plataforma sólida para el futuro. A veces, lo más desafiante no es decir adiós al modelo tradicional, sino aceptar que para avanzar con paso firme, es imperativo soltar lo que ya no suma.
La continuidad no se mide en años, sino en la maestría para adaptarse sin perder la esencia. Una empresa que se refundó a tiempo no solo preservó el legado familiar, sino que lo multiplicó exponencialmente, agrega el experto.
¿Y tú? ¿Estás en un momento clave?
Tomar decisiones en la empresa familiar nunca es sencillo. Pero el silencio, la postergación y el apego al pasado son también decisiones… aunque disimuladas.
Si la línea entre la continuidad y la refundación de tu empresa no está clara, este podría ser el momento cumbre para hacer las preguntas incómodas, ver con perspectiva y abrirse a rutas innovadoras. Pedir ayuda no es una debilidad; es la primera señal del verdadero liderazgo.
Texto por: C.P.C. y M.I. José Mario Rizo Rivas, experto en empresas familiares y Socio de Salles Sainz Grant Thornton.
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