Tal como lo había adelantado, su espectáculo combinó lo mejor de su repertorio clásico con una producción moderna que incluyó tecnología de última generación, efectos visuales impactantes y un cuerpo de bailarinas que también fungió como coro en varios temas.
Desde los primeros acordes, la llamada “Reina del Rock” desplegó su inconfundible energía. Apareció en escena con un atuendo que evocaba sus inicios musicales: falda corta con crinolina y actitud desafiante. Temas como La plaga, Reina de corazones y Luz de luna desataron una ola de nostalgia entre los asistentes.
La noche continuó con un bloque de baladas en el que Alejandra emocionó a sus seguidores con interpretaciones poderosas de temas como Ten cuidado con el corazón, Llama por favor, Día de suerte, Volverte a amar, Libre y Yo te esperaba. Cada canción fue coreada con fuerza por un público entregado.
Alejandra Guzmán: la diva del rock
El ambiente volvió a prenderse con temas cargados de ritmo como Hey Güera, Mala Hierba, Lipstick y Míralo, mírala. Pero fue con Eternamente bella cuando Alejandra se robó carcajadas y aplausos al referirse, entre bromas, al famoso video viral donde modifica parte de la letra de la canción.
Fiel a su estilo cercano y espontáneo, Guzmán interactuó con el público, compartió anécdotas, bromeó y mostró por qué sigue siendo una de las figuras más queridas del rock en español. El cierre no pudo ser mejor: Hacer el amor con otro fue el clímax emocional de la noche, con una audiencia completamente entregada.
Alejandra Guzmán demostró, una vez más, que sigue siendo un torbellino sobre el escenario… y que su legado sigue más vivo que nunca.