En el árido norte de México, nació una idea con alma y espuma: crear una cerveza que representara la esencia del país.
En donde el tequila manda y el mezcal resurge, los creadores de Manos de Calaca eligieron un camino distinto: una apuesta por la malta, con un objetivo claro, crear una bebida que compita en calidad y personalidad con las mejores del mundo, y sobre todo, que represente la mejor cerveza de México.
Para lograr una cerveza con carácter, se utilizan ingredientes de la más alta calidad: malta Weyermann, lúpulos seleccionados y atención a los detalles durante todo el proceso.
Este cuidado se refleja en cada una de las cuatro cervezas que ofrece Manos de Calaca: Cabezón, Guladón, Jefezón y Belladón. Cada una con personalidad propia, diseñadas para brindar experiencias distintas. Cuatro cervezas, cuatro leyendas.
Manos de Calaca es una declaración gastronómica y es una cerveza que nace para acompañar la grandeza de la cocina mexicana, desde un taco callejero hasta un menú de autor en el Valle de Guadalupe. Su deseo es que cada plato encuentre su complemento en las cervezas.
Esencia mexicana en cada trago
La pasión por lo bien hecho es el elemento en común que une a Manos de Calaca con representantes de la alta cocina mexicana con estrellas Michelin, y también con taquerías que escriben sus historias cada noche.
“Queremos que cada plato encuentre su par en una de nuestras cervezas. Y eso nos ha llevado a colaborar con los mejores chefs, cocineros y restaurantes que entienden que la cerveza también es parte de la experiencia culinaria”, expresa la marca de la cerveza.
La misión es dar a conocer lo mejor de México al mundo con una cerveza hecha por manos mexicanas.
Su visión es honrar las raíces mexicanas y demostrar que lo auténtico también puede ser grande. Cada botella busca contar una historia de esfuerzo, identidad y orgullo nacional.
“Nuestra cerveza se sirve en mesas dentro y fuera de México, y aunque viajamos lejos, eso no cambia nuestra esencia. Al contrario, nos recuerda nuestras raíces: paisajes áridos, rutas largas, prueba y error, pero también comunidad, fuego, cocina y ganas de crear algo que trascienda”, explica el equipo de Manos de Calaca.
Sin perder el norte, la cervecería sigue creciendo, haciendo que cada botella abierta sea una celebración de la vida, del sabor, del trabajo bien hecho. Desde el desierto, hasta la mesa, Manos de Calaca sirve carácter, cultura y cerveza con historia.
“Celebramos lo auténtico con sabor a México y queremos acompañarte con una cerveza que no solo se bebe, se vive: donde la alegría se comparte, el momento se vuelve eterno y nuestras raíces se honran en cada trago”, mencionan.
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