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Sergio Pérez, con 281 Grandes Premios y seis victorias en su trayectoria, afronta un renovado desafío en la Fórmula 1 al unirse a Cadillac como piloto principal a partir de 2026, en un proyecto estratégico respaldado por General Motors.
Tras su salida de Red Bull a finales de 2024—ocasión en la que el equipo decidió pagar dos temporadas más de contrato sin ofrecerle asiento competitivo—quedó claro que reemplazarlo por pilotos jóvenes como Lawson y Tsunoda no rindió frutos: sumar solo 7 puntos en 2025 comparado con los 111 de Checo en 2024 evidenció la diferencia.
El reconocido diseñador Adrian Newey admitió errores en el desarrollo del RB20, que se debieron más a fallas técnicas que al desempeño humano de Pérez . Esta falta de retroalimentación técnica se acentuó tras su partida, afectando el liderazgo dentro del equipo.
Ahora, Cadillac busca posicionarse fuerte en parrilla como el undécimo equipo oficial en 2026, y su apuesta es clara: ya cerró el acuerdo con Pérez para liderar el proyecto, combinando su experiencia, patrocinio y visión global. Se perfila también la incorporación de un piloto estadounidense, como Colton Herta o Valtteri Bottas, para equilibrar juventud y veteranía.
Este fichaje no sólo representa una revancha profesional, sino una maniobra estratégica para Cadillac. Pérez no regresa como piloto secundario, sino como figura central que aportará experiencia técnica, liderazgo y presencia internacional.
Con su legado intacto y una nueva oportunidad por delante, Sergio Pérez se convierte en el verdadero piloto de su destino, listo para escribir una nueva página en la historia de la Fórmula 1.