En plena pandemia, cuando muchos veían incertidumbre, Marcela Soto encontró una oportunidad para comenzar a construir su sueño: Shell´s Bread.
Con tan solo 26 años, esta joven emprendedora es la mente y el corazón detrás de Shell’s Bread, una panadería y cafetería que ha conquistado a los laguneros no solo por la calidad de sus productos, sino por la calidez con la que se entregan.
“Todo inició por un sueño de querer tener algo propio”, cuenta Marcela. “Fue un proyecto muy espontáneo y natural. En medio de todas las adversidades, encontré en la masa madre una pasión que no sabía que tenía”.
Las recomendaciones de boca en boca hicieron el resto…
“Primero las amigas, luego la comadre, la prima… hasta que empecé a hacer 10 panecillos diarios, luego 15, luego 20”.
Con el tiempo, Shell’s Bread se abrió paso hasta llegar a puntos de venta y, finalmente, a tener su primera sucursal en el bulevar Independencia, gracias al apoyo de su familia.
Actualmente, Shell’s Bread abastece a reconocidos restaurantes y cafeterías como Casa Nalo, Friends in Common, Ki Nua, y se puede encontrar en tiendas como Súper Chiquis, Punto Market y La Castellana. El crecimiento ha sido constante, pero no exento de retos.
“El mayor reto ha sido aprender a organizarme y a delegar. Al principio hacía todo con mis manos, hasta que me compraron mi primera amasadora. Fue una chulada descubrir cómo podía eficientar el proceso y multiplicar mi producción”. Marcela Soto.
Hoy en día, Marcela lidera un equipo de siete colaboradoras, y aunque divide su tiempo entre dos sucursales, ejercicio, vida personal y atención a clientes, confiesa que aún le cuesta creerse todo lo que ha logrado.
“Lo más padre ha sido eso: creérmela. Me aplauden todos y yo todavía no me la creo. Pero he aprendido a voltear y decir: ‘wow, Marce ha podido con esto y con más’”.
Su visión va más allá de ofrecer un pan saludable y delicioso. Ella quiere que cada persona que entre a Shell’s Bread se sienta como en casa.
“Siempre he querido estar en todo el mundo. Cuando conozco otras panaderías o cafeterías, me siento en casa, y quería que aquí se sintiera igual. Que no solo se lleven un producto de calidad, sino una parte de mí y de mi equipo”.
Para quienes sueñan con emprender, Marcela comparte un consejo sencillo pero poderoso:
“Créetela. Lucha por tus sueños. Esto es una montaña rusa, no siempre vas para arriba, pero nunca te sueltes a ti. Porque tú eres el motor de tu emprendimiento.”
Con cada pan, cada café y cada sonrisa compartida en sus espacios, Marcela Soto sigue demostrando que Shell’s Bread no es solo un negocio, sino un refugio de sabor, cariño y autenticidad.